Casa Moreno es una reliquia de las tiendas de ultramarinos que abrieron a principios del siglo pasado, y que incorporaron una pequeña barra para que los clientes —mujeres, fundamentalmente— además de hacer la compra, pudieran disfrutar de un aperitivo, cuando las tascas eran copadas por hombres y la presencia femenina era impensable. Pocos comercios sobreviven al paso del tiempo y mantienen su esencia con tanto lustre, como si acabara de abrir sus puertas y al mismo tiempo llevara décadas contemplando la vida pasar: paredes copadas por latas de conservas, tarros de encurtidos, sacos de legumbres, y una vitrina de exquisitas chacinas, quesos y embutidos.
Un espacio, el ultramarinos, atendido por los hijos de Francisco Moreno ya jubilado, propietario de un local donde huele que alimenta y no hay tregua para los sentidos más hedonistas. Apenas se dan un par de pasos para atravesar el arco centenario que separa el colmado del antiguo almacén, nos encontramos ante una hermosa barra de chapa atendida por Emilio y José. Ahí comienza otro espectáculo: un sinfín de fotografías de personajes ilustres, carteles taurinos, motivos de Semana Santa, recuerdos... todo en un perfecto 'orden- desorden' en el que, en cada visita, se descubre una nueva curiosidad. Y al alzar la vista, el patio de luz del antiguo edificio que termina de llenar de encanto el lugar.
Más de 30 años regentando el bar Casa Moreno
En éste emblemático establecimiento fusión mitad tienda y un bar, detrás, en la otra mitad.
De diversos colores y variados y mezclados sabores acuden en barricadas para saciar al público asistente
Finos, generosos, viejos y olorosos, embarcan entre papelones de sedas las exquisitas chacinas ibéricas
Los impacientes cafés de adormecen en el profundo paladar de sus suculentas y fértiles tostadas de nivel
Toda una experiencia única en Sevilla. Taberna al más puro estilo sevillano con tapas de excelente calidad y a un precio razonable. Para tapear. La única pega es que en determinadas horas del mediodía se llena tanto que es difícil acoplarte en un hueco. Un vinito oloroso unas tapas y a disfrutar.
Este rinconcito de Sevilla , atrapa !!!’ disfrute de unos botellines y de un montadito de picante con cabrales , una maravilla !!! Al igual que las sardinas que probé .El trato fué fantástico . Si lo que deseas es conocer la sevilla profunda, la auténtica no dudéis en pasar por este local y disfrutar de la pureza que se respira !!! Gracias !!!
En este singular ultramarino, trabajadores y clientes dejan dedicatorias en pintorescas y emotivas notas que se colocan en la pared